
La estrategia de Lautaro
Se le había soltado el depósito del water, no encontraba una de sus zapatillas marrones y La Negra hacia rato que no lo llamaba. Miro por la ventana y el agua crecía rápidamente, el sol apenas brillaba debilitado por nubes espesas, espesas de verdad. Escuchó que llegaba la lancha que debía llevarlo a tierra y el todavía en veremos, entonces decidió darle un final a todo eso, retiro las bolsas donde guardaba la ropa de verano, levanto un panel en la pared se introdujo por el hueco y encendió las luces, en el fondo del cuartito colgando de una percha de madera que sostenía un clavo en la pared, estaba su ropa de superhéroe. ya se convertiría nuevamente en D E L T I N de lo indómito. Pero algo iba a salir mal esa noche. Lautaro no tuvo en cuenta el frío gélido que reinaría esa noche en la superficie terrestre y se calzo el traje veraniego, ese que no usaba desde el ´93, temporada en la que tuvo que rescatar un millar de pingüinos que se habían quedado de paso por el golfo de México, rumbo a las Malvinas.
Esa noche la llamada provenía de un bar ubicado cercano a las orillas del Limay, allí un personaje se exhibía pretendiendo ser el famoso Jorg Archibaldo, quien solía en sus épocas de apogeo andar con un sobretodo largo hasta los talones y al encontrar a alguna transeúnte-victima desprevenida se lo abría exhibiendo toda su mercadería.
Ya cuando emprendió el viaje hacia el bar, Lautaro sintió algo de frío en los talones y recordó lo que decían los paisanos desde río Colorado para abajo “en cuanto se te enfrían los pies, en el resto del cuerpo seguro sentís frío”. Continuará
